América latina

América latina

Arquitectura, simbolismo e identidad cultural en América Latina

miércoles, 8 de abril de 2015

¡ BIENVENIDO, BIENVENIDA !

¡¡ Hola !!

Nos consideramos enamorados de nuestras raíces, de nuestra cultura, de nuestra gente y de nuestra casa. Te invitamos a visitar los rincones majestuosos de nuestra América Latina, y verás que sin duda, los encantos de su identidad te cautivarán también a tí.


Nosotros somos:


Victoria Amneris Delgadillo Licea
México



María Guadalupe Díaz Zacarías
México

 
Marco Esquivel Barquero
Costa Rica
 

Lizbeth Victoria Fernández Garín
México


Susan Francis Salazar
Costa Rica
 
 
Iliana González Cigarroa
México


Mónica Patricia Élida Hernández

Argentina


Rossana Teresa Maggi Costa

Uruguay

 
Nuestro agradecimiento a la Tutora Virginia D. Palacio, de Buenos Aires, Argentina. Instituto de Formación Docente. Virtual Educa.

lunes, 6 de abril de 2015

Arquitectura e identidad latinoamericana a través de sus templos y construcciones



Hablar de la arquitectura Latinoamericana, es hablar de identidad, pero ¿qué es la identidad?


IDENTIDAD LATINOAMERICANA
IDENTIDAD LATINOAMERICANA 


Identidad es la respuesta surgida de una reflexión sobre "quién soy en lo personal" y "quiénes somos en lo grupal, étnico, nacional o continental". Puede entenderse como un sentido de pertenencia a las representaciones que nos son propias, los grupos, los lugares, las costumbres, los vestigios, el arte mismo, lo que nos aporta atributos al SER. 



¿Cómo se refleja la identidad en la arquitectura?


La arquitectura es un espacio de expresión del hombre, donde refleja no sólo su historia, sino sus valores: lo que se pone en común con los otros. Recordemos que el hombre es un ser social, es por ello que la construcción de los espacios y los símbolos se encuentran plasmados con un fin social de habitar un espacio donde se ponen en común creencias y que son parte de la identidad de un grupo social.

Para Proshansky la identidad se refleja en la arquitectura a través de Componentes físicos a través del cual la gente se describe a sí misma en términos de su pertenencia a un lugar determinado” (Proshansky, Fabian & Karminoff, 1983)








La arquitectura como un producto humano de sus ser en convivencia también tiene identidades diversas de acuerdo a la época en que fue diseñada y a las culturas que le dan formatos diversos, dimisiones, profundidades, altura, muros, techos, pisos y accesos como puertas y ventanas más la decoración y los detalles de los inmuebles que conforman no solo estilos arquitectónicos, si no, que son también conceptos identitarios de los arquitectos, que los producen y conforman conceptos socio históricos de gran significado cultural.

En América Latina la combinación de culturas nativas y culturas accidentales hicieron desde el siglo XVI una hibridación artística y cultural en las edificaciones que marcaron significativamente las identidades arquitectónicas. Templos prehispánicos, ecologías precolombinas y diseños nativos de los naturales americanos se combinaron inevitablemente con las influencias españolas conformando formas híbridas de arquitectura ricas en su simbología y su funcionalidad 


Construcciones prehispánicas en Argentina

Ruinas de los Quilmes


Las ruinas de los Quilmes están ubicadas en el Valle Calchaquí, provincia de Tucumán. Son los restos del mayor asentamiento autóctono que hubo en nuestro país. Ocupan aproximadamente treinta hectáreas y están ubicadas al pie del cerro Alto del Rey. 

 Visión cercana de las ruinas

  El lugar fue primero propiedad del pueblo originario, luego del estado provincial, más tarde de un concesionario privado y finalmente, de los descendientes del pueblo Quilmes. Estas ruinas , gracias al trabajo de reconstrucción realizado por un equipo de especialistas, que restauró dos fortalezas que servían de defensas contra posibles ataques de otros grupos indígenas vecinos, presentan una gran  complejidad en la construcción. 

  La fortaleza se mantuvo en pie desde los años 800 hasta el siglo XVII,  cuando fueron obligados a trasladarse a pie, aproximadamente 1200 km,hasta la zona en donde hoy se encuentra la ciudad de Quilmes en la provincia de Buenos Aires .

ARGENTINA





En esta entrada vamos a realizar un recorrido por las características de las construcciones y de algunos templos en Argentina, país adicto a incorporar lo nuevas tendencias, en sus diseños urbanísticos. 

Viajando al pasado, realizamos nuestra primera parada en:


Época Prehispánica


Antes de la llegada de los europeos en el S XVI, en Argentina hubo escasas urbanizaciones. Las mismas estaban localizadas  en el Noroeste del país, estableciéndose  en los valles, junto a la orilla de algún río o  en las laderas soleadas de la montaña. En lo más alto solían construir una ciudadela fortificada o pucará, para cuidarse de los ataques de los pueblos vecinos. Las construcciones solían ser de piedras superpuestas, pircas, al igual que los corrales, los graneros, las terrazas y los andenes de cultivo.


Construcciones de piedras
                                               
En ocasiones edificaban con una mezcla de barro y paja llamada quincha. Los techos, a dos aguas, se hacían con tirantes de madera y se cubrían con pajas o tortas, mezcla de paja, ramas y barro.

                     
Construcciones de barro y paja
Las viviendas tenían distintas formas,  iban de lo rectangular a lo cuadrangular. Se componían de varias habitaciones comunicadas entre sí, con puertas angostas para su salida al exterior.

Algunas poseían depósitos, donde guardaban alimentos y semillas para las épocas de escasez. 

Los caciques gozaban de ciertos privilegios, como el de habitar en casas más grandes y resistentes que estaban ubicadas en los lugares más seguros o cerca de donde se realizaban las ceremonias en honor a sus dioses.

Creencias: a la Madre tierra o Pachamama, fuente de vida y alimento,  le dedicaban sacrificios de sangre y diversas ofrendas, para lograr su protección , en lugares construidos a tal efecto, denominados ZUPCA, que estaban a cargo de los chamanes, sacerdotes indios que también eran médicos y que hoy en día nuevamente están de moda.



                              
Zupca con superficies grabadas
       
Acostumbraban a formar altares de piedras, llamadas APACHETAS, en las cuestas difíciles de los caminos, como ofrenda realizada a la Pachamama, pidiendo protección para sus viajes.  La oración reza “Pachamama Kusiya, Kusiya” que significa “Madre Tierra Ayúdame, Ayúdame”.  Estas apachetas también eran construidas en predios dónde habitaban personas, parajes o casas pues cuando un viajero llegaba a un lugar,  colocaba una piedra como muestra de agradecimiento al recibimiento.

  
Montículos piedras sagradas



                                
                                        Madre Tierra, ayúdame, ayúdame


Si queremos conocer vestigios de las construcciones de estos pueblos originarios,  las encontramos en las:


Ruinas de Tastil: ubicadas en la quebrada del Toro en el Departamento Rosario de Lerma, Provincia de Salta, abarcan un predio de 12 hectáreas.
Se estima que en el momento de mayor apogeo, a fines del  S  XV, su población superaba los 2000 habitantes.


 
Ruinas preincaicas
                  
                                  
    Colección de Imágenes Ruinas de Tastil


El Pucará de Tilcara:  fortaleza construida en una extensión de 8 a 15 hectáreas, sobre la Quebrada deHumahuaca, en la Provincia de Jujuy.


La ubicaron  estratégicamente en el cruce de los dos únicos caminos del lugar. Era el sitio ideal para defenderse de los ataques: por un lado estaban protegidos por  los acantilados sobre el Río Grande y del otro,  las bruscas laderas; es como si habitarán en un gran escalón.  En los lugares más accesibles por donde podían ingresar los enemigos, construyeron altas murallas. Los pucarás no solo cumplían fines defensivos sino que les permitía vigilar los campos de cultivos periféricos y las viviendas de los campesinos en los terrenos bajos.

                      
      
Fortaleza
 
 

        Pucarás de la Quebrada de Humahuaca



El Shincal:  se encuentra ubicado en el Departamento de Belén,  al Noroeste de la población actual de Londres, provincia de Catamarca. El terreno en el que se halla es un pequeño y escabroso valle de la precordillera, en el sector llamado Sierra de Quimivil.  A orillas de las ruinas corre un arroyo estacionalmente seco. 

                     
Vista panorámica
                                   
Tienen una extensión aproximada de un kilómetro cuadrado, y deben su nombre a una espesa vegetación característica de la zona, llamada Shinqui. Su parte principal esta formada por un conjunto de habitaciones rectangulares, cuyas paredes de piedra alcanzan los dos metros de altura.

La construcción del Shincal siguió el modelo Inca para sus centros administrativos de la zona.


 
Entrada al recinto de la ruina

                     
      
     
   Viaje a la Sierra de Quimivil



Ruinas de Tolombón : las ruinas de esta antigua población prehispánica, se encuentran en gran medida cubiertas por el bosque de arbustos y árboles, al pie de la Serranía del Cajón, en el departamento salteño de Cafayate, en el centro de los Valles Calchaquíes.

Internándose, se ven las ruinas de las viviendas con sus corrales y la serie de fortificaciones, muchas de ellas escalonadas. Podemos ver grandes casas comunales semi subterráneas construidas en piedra, depósitos de alimentos, una represa de agua, y una guarnición o "pucará" con funciones defensivas.




                    
Restos de las edificaciones
  
  Destierro del pueblo originario



Ruinas de los Quilmes : están ubicadas al pie del cerro Alto del Rey, en la provincia de  Tucumán. Son los restos del mayor asentamiento precolombino . Ocupan aproximadamente 30 hectáreas . El lugar, luego de varios reveses, es  propiedad de los descendientes del pueblo Quilmes


                      
Edificación en terrazas
   


                         Relato musical de  la historia de lucha y destierro de los Quilmes






En nuestro recorrido, realizamos una segunda parada en la:





Época colonial

Recorriendo ciudades como Buenos Aires  y Córdoba podemos ver que a pesar de su gran crecimiento urbano, conservan algo de sus históricas construcciones coloniales. Se trata de una arquitectura simple y sin adornos, que surgió en el S XVIII.

Los primeros constructores que llegaron a Argentina, eran en su mayor parte jesuitas que venían de Europa para evangelizar a los aborígenes. No demolieron todo lo anterior sino que modernizaron las construcciones al introducir el ladrillo que reemplazó al adobe, y colocaron tejas en el lugar de la paja.




El estilo, que lo podemos apreciar en un recorrido por el Cabildo de la CABA, estaba caracterizado por la utilización de molduras para los marcos de las puertas, del hierro para los barrotes de las ventanas, y los muros blancos con nichos profundos para las ventanas y las puertas.


Ventana estilo colonial



La sencillez del estilo barroco rioplatense se aprecia en:



La iglesia de San Ignacio: iglesia católica ubicada en la esquina de Bolívar y Alsina, en la Manzana de las Luces. La primera iglesia, de adobe,la construyó la Compañía de Jesús en 1675. Después de casi 50 años, comenzó a edificarse la iglesia actual, conservando la torre sur y el frente, que constituyen los elementos arquitectónicos más antiguos de la ciudad.


En su diseño, se basaron o utilizaron como modelo a la iglesia del  Gesu de Roma, Italia.


Iglesia de Gesu
   
Su frente inspirada en el barroco alemán, no concuerda con la arquitectura interior simple  y austera. Se organiza con una nave cubierta por una bóveda, flanqueada por cinco capillas laterales comunicadas a través de arcadas sobre las que corre una galería alta, detalle poco común, que no se repite en la Buenos Aires del S XVIII y que daba a San Ignacio una doble capacidad que era aprovechada para realizar Cabildos Abiertos, como también acantonarse en  defensa de los invasores ingleses y luego  para realizar actos, por los alumnos del vecino Colegio Nacional. 



San Ignacio


Paseo por el interior de San Ignacio



El 12 de octubre de 1821, Juan José Castelli, integrante de la Primera Junta, recibió sepultura en el templo frente al altar de San Judas Tadeo.

A pocas cuadras de esta iglesia, y después de cruzar la Plaza de Mayo, encontramos la: 

La Catedral Metropolitana de Buenos Aires: es el templo católico más importante de Argentina y última sede de nuestro actual Papa Francisco. 

Cuando  Garay fundó la ciudad de la Trinidad en 1580, destinó para la iglesia mayor o catedral el mismo cuarto de manzana que ocupa hoy en día. La primera construcción, fue muy modesta, con paredes de adobe y madera. 

Desde aquel momento hasta estos días, hubo en este sitio seis edificios diferentes, los cuales debieron ser reconstruidos por inundaciones, incendios, la mala calidad de los materiales y falencias estructurales. La construcción definitiva comenzó en 1752 y su decoración concluyó recién en 1911.

Su estructura final es neoclásica y tiene un perfil más cercano a un templo griego, que al tradicional edificio católico.

En su frente podemos apreciar 12 columnas que simbolizan a los doce apóstoles de Jesús, además de un bajorrelieve  que representa el encuentro de Jacob con su hijo José en Egipto.


Frente de la Catedral

En el interior observamos naves, capillas laterales y un crucero ubicado bajo una impresionante cúpula de 41 metros de altura. El altar mayor, dorado y de grandes proporciones,  se destaca en el medio de la parte central.

Su piso, de mosaicos diminutos venecianos fabricados en Inglaterra, tiene una superficie que se aproxima a los tres mil metros cuadrados.


Interior de la Catedral


A fines del S XIX se reformó una nave lateral para dar lugar al mausoleo del general don José de San Martín.


Mausoleo del General San Martín


Es una de las pocas iglesias de Argentina, que posee una nártex, que es un gran vestíbulo de entrada cerrado.

En 1942, la Catedral Metropolitana se declaró Monumento Histórico Nacional y es considerada una de las más importantes obras arquitectónicas de la época de la Colonia.


Planta de la Catedral


En el Noreste de nuestro país, encontramos un original barroco en:



Las ruinas de San Ignacio Miní:  se hallan ubicadas en la actual localidad de San Ignacio, en la provincia  de Misiones, distantes unos 60 km de la capital provincial.

Ruinas Jesuíticas


La edificaron  de acuerdo a  los planos con los que la Compañía de Jesús construía en otras partes del mundo. Su construcción, realizada por manos guaraníes, se planificó para una población estimada de 6000 habitantes,  pero nunca superó los 4 500 habitantes, que llegó a tener en su época de apogeo.


Esquema de la urbanización


Las construcciones principales se agrupaban alrededor de la plaza central. Ahí se distribuían el Cabildo, el templo mayor, la Casa de los Padres, el cementerio, la casa de las viudas "coty-guazú" y las tiras de vivienda de los indios, con sus dobles galerías. Siete a doce unidades o habitaciones constituían una "manzana".




Aulas en las misiones





Sus viviendas eran muy simples, constituidas por una sola habitación donde vivían, comían y dormían todos los integrantes de la familia. Se construían una al lado de otras, sin comunicación entre ellas. Varias de esas casas, formaban una cuadra como las de hoy día.

 
Casas

En los frentes de algunas de estas casas había una puerta y una ventana; la puerta no era de madera, sino de cuero. Los moradores dormían en hamacas y no tenían muebles.

                          
Entrada a la misión
     
La entrada principal a la reducción, era una calle principal cuya perspectiva, centrada en la portada del templo, manifiesta la concepción barroca que dominaba el espacio urbano en las misiones.


 
Portal lateral de la misión

    
La otra calle principal, cruzaba frente al cementerio, templo, colegio y talleres. Las calles estaban adornadas con naranjos y limoneros. 

 
Calle de ingreso a la misión

                                               
El templo mayor,  poseía tres naves. Lo levantaron con piedras de arenisca roja y basalto de la zona, colocadas sin la utilización de pegamentos. Los techos eran de tejas, a dos aguas, sostenidos  por una estructura de madera. La fachada fue realizada en 1610, con tres grandes puertas de entrada. La principal tenía 3,37 metros con varias columnas a cada lado, en cuyos capiteles había relieves.


Sacristía del templo
    
Los dibujos en piedra labrada, indicaban los principales sectores del templo, como la  entrada y la sacristía. En los diseños de ángeles y motivos de la flora - fauna local, podemos apreciar la huella guaraní.

 
Piso del templo

A cada familia indígena se le daba una parcela de tierra para el cultivo, que era denominada "propiedad del indio". El trabajo  de siembra y cosecha era controlada por los misioneros.

Los jesuitas establecieron  talleres, donde enseñaban a los guaraníes diversos oficios: carpintería, fabricación de vajilla, fundición de metales, hornos para cocer tierra, tejeduría de algodón, confección de sombreros, instrumentos musicales.

 
Columna de la misión
                                                  
Estas ruinas, desde 1984, integran la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Vecinas a estas ruinas, a 16 kilómetros, encontramos:

Las ruinas de Nuestra Señora de Loreto:   invadidas por la selva, ocupan una extensión de 75 hectáreas. Tenía un trazado parecido a las ruinas anteriores,  ordenado alrededor de la plaza.


Vestigios de la misión


La iglesia, a la cual se ingresaba luego de subir una gran escalinata, tenía tres naves con cúpula sobre el crucero y en su puerta principal se destacaba la imagen de la Virgen de Loreto. El campanario de este edificio era único por lo gigantesco.


Basamento del campanario


La construcciones eran de piedras, de adobes o mezcla de ambas; las estructuras eran de madera y los techos principales, de tejas.


Viviendas de la comunidad de Loreto
  


Hay restos de letrinas y canalizaciones de riego, de las que se han extraído importantes pruebas arqueológicas de la vida cotidiana en las misiones. 




Ruinas invadidas por la selva


En esta misión, que se dedicaba a la producción de yerba mate, se instaló la prensa con la que se editaron  los primeros libros en nuestro territorio,  a partir del 1700.


En 1984, el Conjunto de Loreto fue incluido en la Lista del Patrimonio Mundial.


Un barroco más suntuoso y trabajado se encuentra en las construcciones del interior de nuestro país, como ser en la  Ciudad de  Córdoba  que conserva gran parte de su patrimonio histórico colonial a pesar del crecimiento urbanístico que ha desarrollado.


Catedral de Córdoba: obra cumbre del barroco colonial español en el territorio, nace con la fundación misma de la ciudad, en el S XVI


Vista general de la catedral


En su recorrido apreciamos los diversos estilos, que la han convertido en una verdadera joya del país. Mientras que su  parte baja  es de clara inspiración clásica, la superior está visiblemente sellada por el estilo barroco. Durante su edificación trabajaron aborígenes procedentes de las estancias jesuíticas, siendo excelentes artesanos que  dejaron sus huellas en muchos de los detalles  de esta catedral.

 
Detalle del campanario


Su interior fue refaccionado y  decorado  en el S XX por el pintor y arquitecto catamarqueño,  fundador de la primera escuela de Bellas Artes del país, Emilio Caraffa, destacándose las pinturas de la bóveda principal y las de los brazos del crucero.


Frescos de la cúpula
                        
En su interior descansan los restos de dos grandes cordobeses, el Deán Gregorio Funes,  primer rector de la Universidad y el  General José María Paz.


Mausoleo del General Paz

Este edificio resulta ser digno representante de la arquitectura barroca de toda América.


Planta de la Catedral




En la época colonial, la construcción de los edificios públicos  fue sencilla, sobresaliendo los cabildos como el de Buenos Aires, el  de Córdoba y el  de Salta. 

Otros importantes edificios del tiempo de la colonia española fueron demolidos, por ejemplo el adusto y austero Fuerte de Buenos Aires o la interesante Recova. 


Fuerte de Buenos Aires

La Recova
                                                

En cuanto a la arquitectura civil se encontraban, cerca de lo que hoy llamamos Plaza de Mayo, algunas “mansiones” de familias adineradas que tenían más de una planta de elevación y por eso eran llamadas altos las cuales llevaban el apellido de sus dueños como por ejemplo: Los altos de Riglos y los de Escalada. 



"Alto" de familia adinerada

El resto de la población vivía en ranchos, construidos con paredes generalmente de adobes, en las cuáles habían pocas ventanas sin vidrios. El techo a dos aguas era de paja, o como mucho lujo con tejas musleras. 



 Rancho de adobe y paja

Los patios solían tener un aljibe simple, casi siempre sin brocal o con uno muy rudimentario.


Aljibe con brocal


 Finalizando nuestro recorrido, llegamos a la:


Época Moderna

Nuestro país  adoptó siempre  los estilos más sofisticados con el fin de reflejar las últimas tendencias europeas que reinaban en cada época. 

Así es que las construcciones barrocas, góticas y modernas, se fueron mezclando con los nuevos símbolos de la modernidad en imponentes edificaciones.

Es a fines de S XIX  cuando Buenos Aires inicia su transformación urbanística, modificando las costumbres y el estilo de vida de sus habitantes. Comienzan a edificarse edificios con imponentes cúpulas, con estatuas y figuras que dan esplendor a los mismos.


Si queremos apreciar obras de esta conjunción de estilos, las encontramos en:


La Catedral de la Inmaculada Concepción: ubicada en la ciudad de La Plata, es el mayor templo neogótico de América del Sur, que comenzó a edificarse en 1884 y recién culminó con la construcción de sus dos grandes torres en  1999. Desde una de ellas, a la que podemos subir por ascensor, se puede observar el trazado perfecto de la ciudad diagramada por Dardo Rocha y caracterizada por sus diagonales.

 
Frente de la Catedral


Este majestuoso templo fue diseñado por el ingeniero francés Pierre Benoit y el arquitecto Ernesto Meyer. Benoit la proyectó en estilo gótico, porque consideraba que era el único estilo que había nacido del cristianismo. Se inspiró sobre todo en las catedrales de Colonia (Alemania) y Amiens (Francia).

 
Catedrales inspiradoras

 Tiene 89 ventanales, de los cuales  37 son vitrales confeccionados en Francia y Alemania


Vitrales con pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento


Se estima que está revestida por 12 millones de ladrillos inconfundiblemente rojizos. 

Paredes rojizas


Su superficie es de 7000 metros cuadrados, tiene capacidad para 14 000 personas. La altura, tomada hasta la cruz, llega a los 97 metros. Sus pisos, que parecen  espejos, están realizados con piedras graníticas procedentes de Olavarría (rosado), Calamuchita (negro) y San Luis (gris).


Piso granítico


Sus dos gigantescas torres de 112 metros de altura cada una,  tienen un primer tramo, de 63 metros , construída  de  ladrillos. El segundo tramo, en simíl piedra color blanco,  ocupa 20 metros y el último tramo, de 30 metros , está totalmente realizado en cobre. 

En  el altar podemos observar cuatro columnas que representan  los cuatro puntos y virtudes cardinales. 
Rodeando la cúpula, apreciamos dieciséis figuras , los doce Apóstoles y los cuatro Profetas Mayores,  simbolizando la cercanía al Padre. Se forma así, un octógono que nos muestra la ubicación de los “bienaventurados” en el Cielo.


Altar principal

Se contabilizan 56 imágenes religiosas que están distribuidas en el frente y las torres principales. La pieza mayor está dedicada a la Inmaculada Concepción y está ubicada en el frontón principal.


 
Imagen religiosa

Desde 1998 luce en el frente del templo, el vitral del rosetón, obra artística de 180 metros cuadrados formada por 25 000 piezas.

En la cripta, se encuentra el sepulcro de Dardo Rocha, y de su esposa Paula Arana.
 
Cripta de Dardo Rocha y Sra.


                                                                   Recorrido virtual



La Iglesia de Santa Felicitas:  la dramática muerte de Felicitas Guerrero de Alzaga dio origen al templo que se levanta hoy en Isabel La Católica 520, justo detrás de la casona donde murió y en donde hoy está la plaza Colombia, en el corazón del popular barrio de Barracas.



Frente de la catedral diseñada por Bunge

La diseño el arquitecto Ernesto Bunge a pedido de la familia Guerrero,para recordar a su hija Felicitas,  asesinada por un pretendiente despechado.

Felicitas Guerrero, a pesar de ser muy bella, tuvo una vida marcada por la desgracia. A los 15 años se casó con Martín de Alzaga,  hombre mucho mayor que ella y con el que  tuvo dos hijos. Uno murió a los seis años y otro nació sin vida. A los 26,  ya había enviudado. 

La leyenda cuenta  que a pesar de su belleza quedó rodeada de muerte, como también de una gran fortuna. Los pretendientes de la alta sociedad no tardaron en halagarla y cuando ella eligió a uno de ellos, otro se sintió despechado y la asesinó. “Te daré una y mil veces la muerte”, le prometió. 


Felicitas Guerrero

El templo que fue abierto con el nombre de Santa Felicitas, no posee un estilo definido, aunque en la fachada vemos  reminiscencias neo góticas y neo románicas. Se destaca por lo singular de sus líneas, la elegancia de sus torres y las imágenes de ángeles dispuestas simétricamente. 

Simetrías de las torres

En el vestíbulo se encuentran dos blancas estatuas de mármol de carrara. La de la izquierda representa al yerno de los donantes,  Martín de Alzaga y la de la derecha, a Felicitas y su hijo Félix.



Estatuas de mármol

Cuando ingresamos al templo, que es de una sola nave con crucero y cúpula, llama la atención la riqueza de su decorado. La bóveda del crucero ha sido ornamentada con imágenes simbólicas en las que sobresalen los dorados.  En los cuatro ángulos del crucero se encuentran las imágenes de los Apóstoles.

La capilla posee tres altares: en el Altar Mayor esta la imagen de Nuestra Señora del Rosario, en el lateral izquierda la de Santa Felicitas, mártir que fue sacrificada junto a los siete hijos. En el altar lateral derecho se halla San Martín de Tours, patrono de la ciudad de Buenos Aires.



Altar de la iglesia

Los vitrales fueron traídos desde Francia  y el piso de mosaicos es de origen español. Las lámparas, de cristales con caireles, aún conservan sus tubos de gas de carburo.
 
El templo cuenta con doce vitrales


Esta iglesia, propiedad del Gobierno porteño, es la única con estatuas de figuras terrenales. Sin embargo, es una leyenda lo que la destaca por sobre todas las demás: aseguran que la maldición del pretendiente aún le impide descansar en paz, que el fantasma de Felicitas vive ahí y que incluso a veces la oyen llorar. 

Cuentan que empezó a aparecerse en los años 30, y que cada 30 de enero vuelve a pasearse gimiendo por su iglesia. Un templo con muchas historias, en donde nadie quiere casarse.